Comarca del Abadengo
Información general de Las Arribes salmantinas

     La comarca del Abadengo se encuentra al noroeste de la provincia de Salamanca, con una extensión de 741,99 kilómetros cuadrados (5,68% de la superficie total de la provincia) y una población censada en el año 2012 de 5.993 habitantes (1,98% de la población de la provincia). Agrupa a catorce municipios: Ahigal de los Aceiteros, Bañobárez, Bermellar de Camaces, Bogajo, Cerralbo, Fuenteliante, Hinojosa de Duero, La Fregeneda, La Redonda, Lumbrales, Olmedo de Camaces, San Felices de los Gallegos, Sobradillo y Villavieja de Yeltes. Está delimitada:

  • Al norte por los ríos Huebra (véase la sección ¿Huebra o Yeltes?) y Duero, en lo que es su tramo final español.

  • Al sur con la comarca de Ciudad Rodrigo, en el río Águeda a su paso por la Ribera de Campos.

  • Al este los límites son un poco más confusos pero quedan marcados con la comarca de Vitigudino por el río Huebra  y el términos de Hernandinos.

  • Al oeste por el río Águeda, que en su desembocadura en el Duero marca la frontera con Portugal.

     Otros ríos y arroyos que avenan la comarca son: Camaces, Froya, Campilduero, Morgaez y Cantarranas. Todos ellos se encajan profundamente en el terreno para llegar a los 130 metros de altitud que tiene el muelle de Vega Terrón, donde confluyen el Águeda y el Duero. En gris: la extensión de la comarca del Abadengo respecto al resto de la provincia salmantina. Pincha para ver el mapa político.

  • Mancomunidad de Abadengo

     Esta unidad de tipo geográfico y administrativo no está constituida por todos los pueblos que se pueden considerar pertenecientes a la comarca, sino solamente por Ahigal de los Aceiteros, Bañobárez, Bermellar de Camaces, Cerralbo, Fuenteliante, Hinojosa de Duero, La Fregeneda, La Redonda, Lumbrales, Olmedo de Camaces, San Felices de los Gallegos y Sobradillo, que generan una extensión de 658,24 km cuadrados y una población censada en el año 2012 de 4.944 habitanres. Esta zona pertenece al partido judicial de Vitigudino y al Obispado de Ciudad Rodrigo.

     En cuanto a la economía. en el régimen de propiedad de la tierra se dan los dos extremos; los pequeños y los grandes propietarios, echándose en falta los medianos, que hubieran hecho frente a la crisis del sector primario que sufre la provincia con mayor éxito. Un sector en el que destaca claramente esta zona es en el ganadero, contando con una importante cabaña de ganado vacuno y porcino (sur y este) y lanar (norte). La leche de oveja proporciona la materia prima para un extraordinario y sabroso queso artesanal de fama reconocida, no sólo en Salamanca, sino en toda España.

     Demográficamente esta mancomunidad ha conocido una de las mayores catástrofes de la provincia. Desde mediados de siglo ha ido perdiendo población, debido a unas fortísimas migraciones de tipo económico, que han reducido a la mitad el número de sus habitantes. Si en 1950 el Abadengo contaba con 11.874 habitantes, en 1991 sólo le quedaban 5.251 y continúa descendiendo. Además hay que pensar que aproximadamente el 30% de la población tiene más de 65 años, lo que nos lleva a entender el por qué del crecimiento natural negativo de esta zona. Este aspecto es gravísimo, porque contamos en el Abadengo con una densidad media de población por debajo de 10 habitantes por km. cuadrado, límite que se considera internacionalmente para señalar a una zona como despoblada.

     Las actividades industriales y turísticas son escasas, reduciéndose a unas pequeñas industrias agroalimentarias (elaboración de queso de oveja), bares, restaurantes, comercios y talleres que cubren las necesidades de la zona. Llama poderosamente la atención que un territorio con potencialidades tan marcadas para atraer turismo (ocio, deportes náuticos, ecología, caza, arte, etc.), que posee el único muelle fluvial de Castilla y León, desde donde se puede navegar por el río Duero hasta el océano Atlántico, que conserva sus bosques y sus ríos incontaminados, con una fauna y una flora desconocidas ya en Europa, sea prácticamente desconocido a comienzos del siglo XXI.

  • Origen del nombre "Abadengo"

     En la Baja Edad Media castellana (inmediatamente posterior a la Reconquista), la estructura política era algo complicada y las jurisdicciones a las que estuvieron sometidos fueron principalmente tres:

  • "Señoríos de realengo". Eran tierras del rey y sus habitantes estaban directamente bajo su autoridad.

  • "Señoríos de abadengo". En los que tierras y habitantes estaban bajo la jurisdicción de la iglesia.

  • "Señoríos solariegos". Ligados a un noble o señor feudal.

     La Enciclopedia Larousse nos dice: "Abadengo: Nombre que se daba a los señoríos dependientes de alguna iglesia o monasterio, por ser generalmente el abad el titular de la potestad señorial". El padre agustino César Morán en su libro "Reseña histórico-artística de la provincia de Salamanca", nos cuenta en la página 155: "Lumbrales y su territorio se llaman el Abadengo por haber pertenecido a los Templarios, que tenían aquí un abad, a quien apodaban el Abadón. Al desaparecer esa orden, 1312, pasó el Abadengo al obispado de Ciudad Rodrigo". Esta idea la amplia don Eugenio García Zarza, catedrático de la Universidad de Salamanca, en un estudio fonográfico sobre esta comarca que hizo en su día para el periódico El Adelanto. Nos dice en la página 182: "Estas tierras pertenecieron en los siglos XII y XIII a la poderosa Orden de los Templarios, cuyo Abad residía en Ciudad Rodrigo, donde se le conocía como el Abadón y del que parece derivar el nombre que le dieron a estas tierras, Abadengo. Al disolverse la Orden en 1311, las tierras fueron repartidas entre la Orden de los Hospitalarios de San Juan y la diócesis de Ciudad Rodrigo". Don Juan F. Arroyo Hernández, teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Olmedo nos dice: "La comarca del Abadengo, aunque pasó a la tierra de Ciudad Rodrigo después de la disolución de los templarios, no se integró en ninguno de los sexmos porque todas sus villas se convirtieron en villas exentas, con jurisdicción ordinaria propia. Alguna de realengo como La Fregeneda, otras de señorío secular o solariego como Hinojosa, Cerralbo, San Felices de los Gallegos con los lugares de Ahigal y Sobradillo y el resto señoríos eclesiásticos, Bermellar, Lumbrales y La Redonda. Los municipios de Olmedo de Camaces, Bañobárez y Fuenteliante entonces pertenecían al Sexmo del Campo de Camaces dentro de la tierra o alfoz de Ciudad Rodrigo. Estos pueblos nunca pertenecieron a los templarios, aunque posteriormente fueron incluidos en la comarca del Abadengo al hacerse la división en partidos y comarcas en el siglo XIX". Por su parte, otros dicen que Abadengo significa "lugar entre ríos", en lengua prerromana.

     El poblamiento, según los datos que poseemos, data de miles de años, como lo atestiguan los dólmenes que se han encontrado, pero será en la Segunda Edad del Hierro, en torno al año 500 antes de Cristo, cuando conocerá una gran expansión, como se puede comprobar por los castros, los verracos, las necrópolis, las construcciones, las estelas y todo tipo de materiales y utillaje. Con la invasión musulmana se produce un vacío, que terminará con la Reconquista medieval, repoblándose la zona definitivamente y dando comienzo a las diferentes construcciones románicas, góticas o barrocas que hoy podemos disfrutar. Lumbrales ya aparece como centro de la comarca en el siglo XVII y en el XVIII este territorio se registra, con el nombre de Abadengo, en el Catastro de Ensenada. También sabemos que hasta 1812 (abolición del régimen señorial), el obispo de Ciudad Rodrigo, el Duque de Alba, el marqués de Cerralbo y otros, tenían la jurisdicción sobre las villas del Abadengo. El obispo era quien nombraba el alcaide de la cárcel de Lumbrales.

  • Estudio geomorfológico de la zona

     Los terrenos de esta zona están constituidos por materiales graníticos pertenecientes a los extensos macizos cristalinos que ocupan el oeste de la península, y por materiales cámbricos o silúricos más o menos metamorfizados. Topográficamente en la zona estudiada hay que distinguir dos grandes grupos orográficos con aspectos totalmente diferentes:

  • La penillanura que ocupa el centro, este y sur de la comarca, y en la que se ofrece bastante regularidad topográfica, con una altitud sobre los 700 m. y con un paisaje ondulado que va decreciendo con suaves pendientes según nos acercamos al Águeda, hasta las mínimas altitudes, que se encuentran al sur de Lumbrales (la diferencia de nivel total varía desde 743 m. en Bañobárez a 641 en Sobradillo). Donde la penillanura comienza a descender hacia el Duero y afluentes (surcando de este a oeste la comarca) se encuentran algunos "picos" que llegan a elevarse por encima de les 700 m. Estas elevaciones, formadas por resaltes de cuarcitas, destacan Picón Bogajo (794 m), el Cerro de San Jorge (825 m) y La Brezosa (826 m).

  • La mitad norte, perteneciente a los Arribes del Duero, una zona fronteriza entre el extremo noroeste de Salamanca y el suroeste de Zamora, que recibe su nombre del encajamiento del Duero. Esto hace que el lugar sea muy accidentado, en el que los relieves son abruptos debido a que sus afluentes se ven obligados a encajarse profundamente en el terreno formando cachoneras o saltos: en la carretera que va de Hinojosa de Duero al Salto de Saucelle se alcanzan unas pendientes del 15%, pendientes que aún son mayores en zonas del Huebra, Camaces Salto del Duero y Águeda, por ejemplo en los términos de Bermellar, Hinojosa de Duero en la zona de "La Malgarrida", San Felices de los Gallegos, etc. Todo ello produce un paisaje a destacar por su belleza, que nos sorprende con escarpadas laderas y cañones (los más profundos y extensos de toda la Península Ibérica, ya que se extienden durante casi un centenar de kilómetros). Un espacio natural privilegiado en el que destacan la belleza agreste de su paisaje granítico y una rica y variada fauna y flora., causados por la acción milenaria de los ríos (sus paisajes más bellos y escabrosos han sido formados por los ríos Duero, Huebra y Uces), como en el Puerto de la Molinera, el Moncalvo, la Cabecina y la Peña de la Vela.

     En esta zona se suele usar mucho para designar los municipios el nombre de "cabeza", y así tenemos localidades como: Cabeza de San Pedro, Cabeza Blanca, Cabeza del Caballo, Cabeza de Framontanos...

  • Litografía y estratigrafía

     Todos los materiales que se pueden encontrar en la zona pertenecen al período del Zócalo Palezoico  y está constituido fundamentalmente por granitos y granodioritas. Así tenemos granitos que surgen con los movimientos hercinianos. Estos materiales se clasifican geológicamente como "granitoides de la formación del álamo", "granitos palingenéticos de dos micas" y "granito calcoalcalino". El que se encuentra en esta comarca es el llamado "granito de Lumbrales" que Schmid Thome (1945) lo define como el granito pizarreño más viejo. García Figuerola (1959) lo llama granito gneisico. Los últimos estudios de la zona realizados por Mª Asunción Carnicero nos dicen que es un "granito de dos micas de grano medio-granito". Encontramos también rocas metamorfizadas por la intrusión del granito, como son "corumbianitas", "micacitas" y "gneis"; y por último materiales prehercínicos, cámbricos y ordorícicos, como pizarras, esquistos y cuarcitas. Por ello, estratigráficamente podemos destacar tres tramos de complejo esquisto - grauvagnico sobre el que se encuentra discordante la cuarcita ordorícica:

  • Tramo superior: caracterizado por la presencia de pizarras negras que alternan con esquistos marrones y grises. Seguramente pertenecen al Cámbrico superior.

  • Tramo medio: abundancia de niveles de conglomerados con pizarras grises; que corresponderían al Cámbrico inferior.

  • Rocas metamórficas, producidas por la presión, calor y rozamiento con el batolito granítico.

  • Tectónica

     Las rocas más antiguas debieron formarse en un geosinclinal que ocupó el occidente de la península en los períodos Cámbrico (pizarras y esquistos) y el Ordorícico (cuarcitas). Posteriormente se produciría la primera fase de deformación que correspondería a los movimientos caledonianos que se desarrollaran durante el Silúrico. Serían los causantes del plegamiento de las cuarcitas ordorícicas y de la reticalización de los sedimentos preordorícicos. Una segunda fase de deformación correspondería a la deformación Hercínica. Forma pliegues isoclinales, entre los que destaca el anticlinal de Bermellar y el sinclinal ordorícico que García Figuerola nos describe uniendo las raíces del sinclinal en San Felices de los Gallegos con las de Tamames. Además de estas macroestructuras formarían otras en el centro de cuyas antiformas se encontrará el granito de dos micas; y por último los movimientos tardihercínicos provocarían fracturas a través de las cuales se producen segregaciones de cuarzo, formando los llamados "sierros". Seguramente serán los causantes de fracturas y fallas que reactivadas por los "movimientos alpinos" han sido aprovechadas posteriormente para el encajamiento de la red fluvial. Por todo ello el relieve y estructura resultante son que esta comarca pertenece al zócalo palezoico que se extiende por el oeste de la península. Podemos hablar aquí de "rocas compactas" y estructuras falladas, en estado de penillanura.

  • Topografía e hidrografía

     Toda esta zona ha sido erosionada hasta llegar al régimen actual de penillanura. Bajas lomas con pendientes muy suaves son las que predominan. Resaltan en el paisaje los cerros de cuarcitas que llevan dirección oeste-este y que pasan cerca de Ahigal de los Aceiteros. Los más importantes por su altitud (en m.) son: Monte Oliva (772), S. Felices (786), S. Jorge (825), Picón Olmedo (797), Sierro (799) y Picón Bogajo (794). Por otro lado también resalta los "sierros", formados por la segregación de cuarzo; entre los que destaca "Sierro Monte" (645) en Hinojosa de Duero; y el "Sierro Horca" (695) en Sobradillo.

     Toda esta penillanura, ligeramente inclinada hacia el oeste, con los movimientos alpinos, ha sido, en los bordes de la comarca del Abadengo, tallada por la red fluvial, principalmente el Duero y sus afluentes: Águeda y Huebra, que sirven de límites naturales de la comarca. De menos importancia, otros subafluentes como el Camaces han producido grandes entalladuras y escarpes cerca de su desembocadura, debido quizás más que a su propia acción erosiva a su torrecialidad,  ya que tiene que salvar una altura que pasa de los 620 a los 220 m. en una distancia aproximada de 8 a 10 Km. Todos estos ríos y riberas menores han producido grandes desniveles con pendientes muy fuertes y algunas paredes verticales. Cerca de éstas encontramos elevaciones generalmente de granito (picos, cuetos y cabezas). Los ríos se debieron encajar siguiendo sus direcciones por motivos como fallas y fracturas, grandes diaclasas, zonas de contacto entre diferentes materiales y zonas de mayor debilidad de las rocas. En líneas generales siguen dos direcciones más importantes la primera de noroeste a sudeste, que seguiría la dirección armoricana; y la segunda de noreste a sudeste siguiendo la dirección en que los movimientos tardihercínicos provocaron sus fracturas. De todas formas, no se han encontrado corrientes de curso subterráneo en la comarca, dadas las características del terreno.

     Estos escarpes provocados por los ríos se ensanchan hacia la desembocadura de los afluentes y puntos de confluencia. Estas zonas tienen pendientes, menos abruptas y son las más aprovechadas para la agricultura, con cultivos típicamente mediterráneos (vid, olivo, almendra..),  y estas pendientes aprovechadas en terrazas se encuentran generalmente coincidiendo con materiales pizarrosos.

  • Suelos

     La casi totalidad de los suelos de la comarca pertenecen a las tierras pardas meridionales sobre granitos con afloramientos rocosos. Hay dos franjas de tierras pardas meridionales sobre pizarra que se extienden por el río Duero y Águeda en los pueblos de los Arribes.

  • En las tierras pardas sobre granito los suelos son de pequeña o mediana profundidad, fáciles de labrar, drenan en excesiva rapidez y permanecen secos gran parte del año. Están muy empobrecidos en materia orgánica, se erosionan fácilmente y tienen un carácter acusado bastante arenoso, debido a la laterización del granito, del 60 al 80%. Son suelos moderadamente ácidos, pobres en fósforo y calcio, contenido medio en potasio y variable en nitrógeno, predominando los pobres en este elemento.

  • En las tierras pardas sobre pizarra, los suelos son de pequeña o mediana profundidad y drenan bien. Predomina el limo en todos los horizontes con valores aproximados al 40% y arena fina y gruesa con el 40% aproximadamente.

     La aridez del clima en verano favorece la erosión del suelo agrícola , que de por si es ya pobre.

  • La morfogénesis

     Aquí la erosión más importante es la producida por el agua, especialmente por el agua corriente en los grandes escarpes y entalladuras  que ya hemos descrito provocadas por los ríos. Aunque también hay que mencionar formas menores, como son las "marmitas" de gigante sobre el granito y la formación de "uñas" sobre el granito muy diaclasado verticalmente y sobre los esquistos y pizarras verticales. En la morfogénesis de las paredes rocosas producidas por los ríos encontramos dos formas más comunes: paredes rocosas denudadas con grandes losas curvilíneas, y desprendimientos de granito y pizarras. El primero suele hacerlo en grandes bloques irregulares y angulosos. Uno de los ejemplos más claros lo encontramos a unos 500 m. río abajo del puerto de la carretera de Barruecopardo, donde el curso de agua ha llegado a desaparecer bajo unos bloques en unos 100m. de longitud. También en la zona llamada "Los derrumbaderos". Los desprendimientos de pizarra están formados por trozos de losetas de menor tamaño. Siguiendo los planos de estratificación se encuentran varios ejemplos fáciles de ver en la zona de la "Molinera", concretamente en el "Surco de las Naranjeras " y el "Arroyo de la Ribera". La erosión más importante sobre las diferentes rocas en esta zona es la siguiente:

  • Sobre el granito: arenización y diaclasado. Tenemos como formas resultantes los "berrocales". Los mas importantes los encontramos al sur de San Felices y al sur de Fregeneda: "Berrocales de Zonta" y "Berrocales de Feliciana". En general se encuentran berrocales por toda la comarca.

  • Sobre las pizarras: exfoliación. Por ser los materiales más blandos en la comarca, se puede decir que en líneas generales sobre estos materiales se encuentran las menores altitudes.

  • Sobre las cuarcitas y diques de cuarzo. Siendo los materiales más resistentes han formado los resaltes mas importantes de la comarca. La termoclatía posiblemente sea una herencia de paleoclimas (seguramente Miocénico) que ha fracturado las cuarcitas en losetas cuyo tamaño medio viene a ser de unos 5 a 10 cm de largo y anchura por unos 3 a 5 cm de grosor. Estos pequeños bloques han reptado sobre las suaves laderas, y en algunos casos casi se podría hablar de un endosado de las mismas.

  • La vegetación: los suelos y el moldeado

     La influencia que ejerce hoy día la vegetación es de retención de los suelos, pero esta retención es pobre ya que la vegetación en las mismas es arbustiva y herbácea, en formaciones del maquis. Por otra parte las manchas de arbolado son muy pocas, favoreciendo el arrastre del suelo por las aguas. Hay que destacar que esta comarca ha debido de sufrir gran deforestación ya que muchos de los topónimos hacen referencia a "Navas" que parece ser que han sido zonas roturadas en el s. XVIII. Los suelos son pobres y fácilmente arrastrables, de pequeño grosor (el mayor lo alcanzan en las vallonadas y navas) y con una cubierta vegetal escasa sobre basamentos de granito y de pizarras, que permite la aparición de la roca denudada en grandes zonas de la comarca, especialmente en las vertientes, donde es arrastrado por el agua con suma facilidad . Así se explica que el 40’5% de su territorio se dedique a pastizales, el 17’6% sean bosques, el 14’2% se dedique a caminos, construcciones, etc., y sólo el 24’7% sea tierra cultivable. Otro dato significativo es que la superficie que se dedica a cultivos de regadíos únicamente es de 42 hectáreas.

     El paisaje que resulta es muy variado, imponiéndose los pastizales y el monte, lo que le da su aspecto agreste, destacando las desconocidas y bellas "Arribes del Águeda". Pero también hay que resaltar sus bosques interminables de robles, quejigos, endrinos, rebollos, almeces, enebros, endemimos y encinares, que junto con los olivares y almendrales y la pureza cristalina de sus aguas salvajes, convierten al Abadengo en una reserva vegetal y animal donde es muy fácil encontrar, por su abundancia: rapaces (entre las que sobresale el águila real, el halcón peregrino, el búho real, los buitres leonados). Existen, así mismo, cigüeñas blancas y negras, perdices, alimoches y galápagos. Entre los mamíferos destacan el lobo, las garduñas, zorros, jabalíes, castores, nutrias, ginetas, conejos o gatos monteses

  • Clima

     La comarca goza de un clima continental con acusada influencia atlántica, más suave que en el "Campo de Salamanca", debido principalmente a su menor altitud (alrededor de 600 m. frente a los 800 m. de la provincia), y con grandes diferencias según las estaciones, como corresponde a dicha altitud sobre el nivel del mar. Aunque la temperatura media es bastante uniforme, 14º C, las elevadas temperaturas del verano (con medias alrededor de 28ºC los meses de julio y agosto, y máximas de 38º C) y las bajas del invierno (con una media en torno a 6ºC en enero, y mínimas de -5º C), que a veces prolongan las heladas (desconocidas en gran parte del territorio, lo que propicia cultivos semitropicales como naranjos, limones, etc.) hasta bien entrada la primavera, traen grandes oscilaciones a lo largo del año. Los vientos dominantes son los de noreste (fríos y secos) que evaporan gran cantidad de agua, llamados "sierros"; los de suroeste (templados-húmedos) suelen originar lluvias y son conocidos por el nombre de "serranos"; y los del noroeste (frescos y húmedos) denominados "gallegos". Hay una pluviometría más abundante que la media provincial, y que oscila entre 530 y 700 litros por metro cuadrado anuales de precipitaciones en forma de lluvia, de los que entre 430 y 560 corresponden a invierno y primavera y el resto a verano y otoño (Instituto Nacional de Estadística, 1960). La comarca queda delimitada a la 5ª zona homoclimática de la provincia de Salamanca, zona poco favorecida por el clima, que presenta invierno tipo trigo-avena y verano tipo trigo, y que se define respecto al régimen de humedad como "Mediterráneo seco" (Ministerio de Agricultura, 1984). 

  • La acción antrópica

     Habría que señalar varias: las más importantes son herencia de un pasado muy cercano y dos de plena actualidad. Entre las primeras tenemos:

  • Formación de terrazas: el hombre de las Arribes del Duero ha formado terrazas en las laderas para aprovechar el suelo, especialmente en las de los grandes ríos, y también en las pequeñas riberas encajadas. Por ejemplo, en Lumbrales lo encontramos en la zona de la "Viñas", "Los Jarales" y "Los Tinajones". Pero son más importantes estas laderas en Hinojosa de Duero y La Fregeneda. Estas terrazas evitaban el arrastre del suelo y se aprovechaban, aún hoy, para el cultivo de la vid, olivo y almendros, especialmente.

  • Las paredes divisorias de propiedades. Posiblemente estas paredes tan abundantes en esta zona hayan tenido un efecto positivo para la retención del suelo, especialmente en los lugares donde se inician las vertientes.

  • La deforestación ha provocado una mejor erosión de los suelos.

  • La creación de "Navas" y "charcas". El hombre ha aprovechado los pequeños arroyos intermitentes que corren en el fondo de las vallonadas y "navas", posiblemente porque en estas zonas roturadas la vegetación había actuado más recientemente descomponiendo algo las rocas. El caso es que ha creado charcas que sirven como abrevaderos naturales para el ganado, que es la explotación más adecuada para esta comarca. Pero el poder de retención del agua en estas charcas no es muy grande ya que el agua es drenada fácilmente por el suelo y después la roca granítica muy diaclasada favorece el escarpe de la misma.

     Por último dos influencias negativas que ejerce el hombre:

  • El abandono de la agricultura (que ha provocado aún más el empobrecimiento del suelo) ha sido la acción de los fuegos provocados en estas laderas para aprovechar mejor el pasto, sin darse cuenta de que se provoca la desaparición del suelo. Resumiendo podemos decir que el Abadengo es una comarca, al oeste de Salamanca que se extiende sobre materiales palezoicos penillanuriados, y sobre los que la red fluvial, en su marcha hacia el Atlántico, ha excavado la roca y se ha entallado, produciendo grandes desniveles, de tal forma que estas vertientes toman una característica propia y diferente a la penillanura.

  • La dualidad entre "Arribes" y "Penillanura" se encuentra unida en esta comarca, pobre de por sí, por lo que los suelos han sido castigados con la deforestación, que ha provocado aun más la perdida de los mismos.

     Por lo tanto encontramos aquí: morfogénesis típica del granito en zonas templadas con un ciento carácter de aridez, debido en los Arribes del Duero, al clima tan particular de los mismos, y en la penillanura a la poca retención del agua por los suelos.

Comarca del Abadengo. Pincha sobre el mapa para ver una presentación con fotografías de esta zona y del resto de los Arribes del Duero.

Fuentes: Trabajo geomorfológico realizado por Mari Carmen Santiago y libro "Tierras del Abadengo".

Correcciones y mapas de Antonio Rodríguez.

Más información: Enlaces.