Salamanca monumental | |
La localidad recibió el 9 de Diciembre de 1988 el título de "Ciudad
Patrimonio de la Humanidad" por parte de la UNESCO, como reconocimiento a su carácter
monumental (cuenta con uno de los conjuntos más importantes de España) y el
mantenimiento de su entorno urbano, ya que la mayoría de los monumentos están
ubicados en el Barrio Antiguo, que coincide fundamentalmente con aquella antigua ciudad
amurallada, en la margen derecha del Tormes, a la que daban acceso trece puertas
y dos puentes, uno románico y otro construido en
1912. Entre lo más destacado de esta cuidad singular como pocas está lo siguiente:
Salamanca es una ciudad universitaria por excelencia: tiene tres centros cuyas
sedes corresponden perfectamente
con las prestigiosas instituciones que albergan. La más importante es la que
lleva el
nombre de la localidad, aunque su denominación oficial es la de
"Universidad Literaria de Salamanca". También conocida como "antiguo Estudio" ó
"Stadium" salmantino, esta institución pública de enseñanza
superior fue la primera universidad fundada en España,
exactamente a finales de 1218 por el rey leonés Alfonso IX , y reestructurada
por el rey castellano Alfonso X "el Sabio" en 1254. Este centro ha sido históricamente uno
de los más importantes del mundo (por ejemplo: fue una de las primeras en crear
una cátedra de anatomía según los descubrimientos de Vesalio, y en ella las
obras de Copérnico eran obligatorias ya en 1594). Su fachada principal es una joya, prototipo
del plateresco del Renacimiento español, aunque se
trata de un gran lienzo ciego concebido más propiamente como retablo que como
fachada. Data de 1553 y es una de las más bellas y profusas de la
arquitectura española de todos los tiempos. Su ubicación frente a una pequeña plaza,
por la que se accede al edificio principal y en la que hay una estatua de
Fray Luis de León (escritor que fue uno de sus más importantes profesores, y
que se constituyó en el supremo exponente del Renacimiento salmantino), condiciona, desde un punto
de vista urbanístico, las trazas compositivas del alzado. Sobre dos
puertas gemelas escarzanas separadas por un mainel, que conservan rasgos
goticistas, se desarrolla un enorme bastidor estructurado como un retablo
protorrenacentista. Es una composición de tres niveles: el tercero coronando las trazas verticales de los dos inferiores, en
los que prima una exuberante ornamentación (temas florales, heráldicos y
militares) que aumenta en textura e intensidad según se asciende hasta la
cornisa de remate, desde los delicados temas del piso inferior inspirados
en el "quattrocento" italiano a los motivos más recargados de los
cuerpos superiores. Se desconoce el autor de este retablo, pero se observan
similitudes con los imagineros de la catedral de Palencia, sin descartar la
probable intervención de canteros franceses, que trabajaron
la piedra de Villamayor como si de encaje se tratara, Su
entorno no es menos digno de admiración, como el Hospital del Estudio, hoy
Rectorado; y el Patio de las Escuelas Menores con su claustro de típicas
arcadas, en una de cuyas aulas encontramos el fresco del Zodíaco, conocido como
el "Cielo de Salamanca". Si
entramos en el viejo edificio del Estudio podremos admirar el claustro bajo, y
en torno a las antiguas aulas (entre las que destaca la del mismo Maestro Luis
de León) el paraninfo y la capilla. Por la escalera decorada con bajorrelieves,
de los que destacan los que decoran su pretil, subimos
al claustro alto, con riquísimo artesonado morisco en sus antepechos. En él es digna de admiración
la portada gótica de la Biblioteca, que es una de las más bellas y más ricas
de España, con cincuenta mil volúmenes de valor incalculable: obras originales
de los grandes escritores que pasaron por la Universidad, como Juan de la Cruz,
Teresa de Jesús, el Brocense o la Latina, además de otras obras de valor
universal, tanto obligadas como colecciones de incunables, libros raros y
manuscritos. Esta "Alma Mater" ha generado a través de los años una
multitud de edificios, antiguos unos, modernos otros, que hoy son las sedes de
las distintas facultades y se extienden por toda la ciudad.
Pasemos
ahora a la "Universidad Pontificia": aunque la ciudad es sede de este
organismo desde 1134, el edificio que actualmente la alberga, el antiguo Colegio de la Compañía,
en la calle del mismo nombre, no fue construido hasta el siglo XVII por iniciativa de
Felipe III y su esposa Margarita de Austria. Tiene una magnífica iglesia de la
Clerecía, cuya fábrica es un hermoso ejemplo de la arquitectura jesuítica,
con retablos barrocos recubiertos de oro. El
patio del Colegio, en torno al cual están las aulas universitarias, en diversos
pisos, es una imponente muestra del barroco.
La Tercera
universidad es la "Facultad de Teología" de San Esteban, que tiene su
sede en el Convento de los Dominicos, de donde salieron grandes maestros, como
Diego de Deza, Francisco de Vitoria, Domingo de Soto y Melchor Cano. En el
conjunto destaca la fachada de la iglesia de San Esteban, otra obra maestra del
plateresco, a modo de retablo, con numerosas estatuas que enmarcan la escena
central del martirio del santo titular. En el interior destaca el retablo construido por José Benito
Churriguera entre 1693 y 1700, y el espléndido coro con un fresco de
Palomino que representa el "triunfo de la Iglesia". En el convento hay
que admirar la Sacristía, el Claustro de los Reyes y el "Salón de
profundis", donde Cristóbal Colón sostuvo conversaciones con los dominicos
sobre sus viajes.
Salamanca posee dos catedrales a las que hacen cortejo numerosas iglesias de
gran valor artístico. La catedral Vieja, la "Fortis salmantina",
entre el románico y el gótico primitivo, fue comenzada
a construir en 1140, seguramente por su cabecera. Se trata de un templo de tres
naves, crucero saliente y cabecera triabsidial escalonada. Los soportes
arrancan, al igual que en la catedral de Zamora, de un zócalo cilíndrico, y
sus múltiples columnas recogen las dobladuras de las bóvedas. En éstas se
advierte el tránsito en la construcción entre las bóvedas corridas románicas
y las más fragmentadas góticas. Los arcos formeros doblados de separación
entre naves son apuntados, lo que también anuncia, junto a la cierta
complejidad de los pies derechos, la llegada del primer gótico. La apariencia
interior es de gran sobriedad y vigor románico. Merece destacarse entre los
rasgos más reconocibles de esta catedral la torre del Gallo, un bello e
impresionante cimborrio, parecido al de la colegiata de Toro, formado por un
doble orden vertical de huecos, articulados por múltiples columnillas, y
apoyado en torrecillas circulares, con una característica cubierta pétrea muy
apuntada en la que destaca la decoración típica de escamas. En el interior del
cimborrio las columnas se prolongan en nervaduras que refuerzan y articulan la
cúpula del crucero. En el interior destaca el
retablo del altar mayor, con cincuenta y tres bellas tablas de Nicolás
Florentino, cuyo centro lo ocupa la talla de la Virgen de la Vega (patrona de la
ciudad) en cobre con esmalte, del siglo XIII. De gran riqueza artística son las
capillas y el claustro también con sus capillas, así como el Museo Diocesano
que allí se alberga.
La Catedral Nueva, adosada a la anterior,
es una de las últimas construcciones del gótico, iniciada en 1513 bajo
la dirección de Juan Gil de Hontañón, y terminada en 1733. Tiene fachadas
a la calle de Tentenecio, a la Plaza de Anaya y al Patio Chico, con portadas
de magnífica ornamentación: destacan la puerta del "Nacimiento"
y la de "Ramos", con estatuas de gran valor, si bien muchos
nichos han quedado vacíos. El templo está coronado por una elevada cúpula
barroca realizada por Joaquín Churriguera, bajo cuya dirección se realizaron
también otros elementos del interior, como la "Capilla Dorada"
y el transcoro. Esta catedral posee dos órganos, uno plateresco y otro
barroco, de grandes proporciones y bellamente decorados.
También destacan algunas de iglesias que hacen la
corte a las catedrales, que son de diversas épocas y estilos. La románico-mudéjar de
Santiago; las románicas de San Marcos, San Juan de Bárbalos, San Martín, Santo
Tomás Canturiense, San Cristóbal...; la de San Benito, con bella portada del gótico
isabelino; la iglesia barroca del convento de los Capuchino, la iglesia y
convento de Santa Isabel, donde convergen diversos estilos; el convento del
Courpus Christi, del siglo XVI; y el de las Adoratrices con su iglesia del
Renacimiento; la iglesia gótica y convento de las Úrsulas, con su museo; la
iglesia y convento de las Dueñas, del XVI, con un magnífico doble claustro
renacentista; de la misma época la capilla de la Vera Cruz, la iglesia de Santi
Spíritus y la de San Julián. Así mismo hay que notar el Colegio de Calatrava,
que pertenecía a la orden militar, con magnífica fachada, e iglesia del siglo
XVIII. También la iglesia y convento de las Agustinas, llamada la "Purísima"
por la Inmaculada de Ribera que luce entre mármoles en el retablo del altar
mayor, y es una bella muestra del Renacimiento italiano, con elementos barrocos.
Cualquier viajero percibe enseguida que el corazón de Salamanca está en
la Plaza Mayor, la más bella de las plazas porticadas de España y uno
de los ejemplos más notables de su arquitectura barroca, con ochenta y
ocho pórticos y sus arcos de medio punto sobre robustos pilares. En ellas
confluye toda la vida de la ciudad. Fue encargada por el cabildo en 1728,
como plaza pública principal de la ciudad, a semejanza de las de Madrid,
Valladolid y Córdoba. Anteriormente existía ya un espacio abierto de grandes
dimensiones, pero se decidió construir un recinto cuyo tamaño permitiera
la celebración de corridas de toros y que respetara la antigua trama urbana.
Alberto Churriguera acometió las obras en 1729, en 1733 se finalizó el
Pabellón Real de uno de los frentes, y en 1755 se completó el lado norte,
con la fachada del Ayuntamiento según las trazas de Andrés García de Quiñones.
El esquema general del trazado es similar al de la
Plaza Mayor de Madrid, pero el plano medieval de la ciudad condicionó
la disposición de las entradas. Los lienzos de fachada no presentan ejes
de simetría, de modo que el gran arco del Pabellón Real no está en el
centro del lado oriental, mientras que las entradas occidental y meridional
están dispuestas a intervalos irregulares entre sí y respecto a las esquinas.
La plaza está conformada por el Ayuntamiento y cuatro frentes de edificios
residenciales articulados según el esquema de tres plantas sobre soportales
y balaustrada superior. La fachada del Pabellón Real se levanta sobre
una arquería en el cuerpo inferior, con medallones platerescos en las
enjutas, y un orden de pilastras que marca los trazos de los niveles superiores.
Destaca también el Arco del Toro, con el busto de Felipe V, y la crestería.
Como remate, la balaustrada mantiene el orden de las pilastras inferiores
mediante unos elementos piramidales empechinados. A la derecha de estas
líneas tienes una fotografía del monumento, y si posas el ratón sobre la
imagen observarás una vista nocturna del mismo. Tienes más información el
la sección Salamanca 2005, Plaza Mayor de Europa.
Otras plazas y parques tiene Salamanca para el paseo, el esparcimiento y la
conversación. Destaca la universitaria Plaza de Anaya, majestuosa y tranquila, que
constituye uno de los conjuntos arquitectónicos más populares de la ciudad, y
que se encuentra flanqueada por tres de los edificios más representativos de la
misma: la Universidad, la fachada
norte de la catedral nueva, la iglesia de San
Sebastián y el palacio de Anaya.
También
están la de Colón, con su estatua y la torre del Clavero, del siglo XV, al
fondo; la de los Bandos;, la de la Libertad; la de los Basilios; la de la Reina;
la de San Cristóbal; la de los Sexmeros... Y los parques: el Campo de San
Francisco, romántico y umbroso, al fondo de la calle de las Úrsulas; la
Alamedilla y otros muchos, más modernos.
Son muchos los que aún conserva Salamanca, que al viajero le recordarán la grandeza
de esta antigua ciudad. Veamos algunos de ellos, siquiera con algún rasgo
fundamental que los caracteriza:
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El
Palacio de la Salina: edificio renacentista e italianizante, es hoy la sede
de la Diputación Provincial.
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La Torre del
Aire: resto del Palacio de los Fermoselle, tiene bellos ajimeces del s. XV.
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La Casa de las
Conchas: el monumento civil más representativo del
arte de los Reyes Católicos destaca por su bella ornamentación de unas 400 conchas, y por las ventanas de ferretería gótica y un patio típico
de exquisito estilo salmantino. Pertenecía a Arias Maldonado, regidor de
Salamanca y caballero de Santiago.
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El palacio de Monterrey de los Duques de
Alba: del s. XVI, con bella crestería y torres.
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La casa del Doctor Álvarez
Abarca: era el médico de Isabel la Católica, y su vivienda es hoy
Museo Provincial.
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El Colegio
Mayor del arzobispo
Fonseca: conocido como "Los Irlandeses", tiene un bellísimo patio renacentista, escenario en la
actualidad de representaciones teatrales y musicales en las llamadas
"Noches de Fonseca"; y una iglesia del mismo estilo que tiene un
retablo de Alonso Berruguete.
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El Colegio de
Anaya:
antiguo Colegio Mayor de San Bartolomé, hoy essede de departamentos
universitarios como la Facultad de Filosofía y Letras. De estilo neoclásico,
fue levantado en la segunda
mitad del siglo XVIII.
También destacan otros muchos palacios y residencias nobles, como la Casa de
las Muertes del Arzobispo Fonseca, así llamada por las "muertes" o
calaveras que decoran su fachada; o el palacio de Orellana, la Torrre de
Abrantes, el modernista palacio de Castellanos, la casa de Doña María la
Brava, la Casa de la Tierra, el palacio de Solis o el de Garci Grande.
De todas formas, no
queda todo lo que fue Salamanca en antiguos tiempos de esplendor: la incuria y
la violencia de los hombres han destruido muchas cosas, sobre todo en el barrio
que todavía hoy se llama de "Los Caídos", y que estaba cuajado de
conventos y casas nobles. Ahora está siendo recuperado para la actividad cultural y
universitaria, con las Facultades de Ciencias y el Moderno "Palacio de
Congresos". Aún así, quedan todavía muchos signos y recuerdos de otros tantos
momentos de grandeza y también de fatigas por los que han pasado la ciudad y
sus hombres: quedan rastros de la denominada puerta de Aníbal y también se adivina el
castro romano que fuera la antigua Salmantica, de cuya realidad es testigo
perenne el puente Romano, desde donde pueden verse restos de la antigua muralla, y sobre
ella el presunto "Huerto de Melibea". No
lejos podemos adivinar también la mítica "Cueva de Salamanca". Mirando pasar el río
Tormes está la Peña Celestina, y no lejos, a la entrada del puente, el monumento al
"Lazarillo " y "el toro" o "verraco" ibérico, que
hoy en día, junto con la
encina y el puente, forma el escudo de la ciudad.
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